El lado oscuro.

Aprovecho este muro para compartir algunas de las creaciones de mi alumnado del curso de preparación de la prueba libre de acceso a los Ciclos Formativos de Grado Superior. ¡Gracias por vuestra constancia, por vuestro interés y, por supuesto, por compartir!

Comenzamos:

El lado oscuro, por Olga Semenyaka

Las innovaciones son fundamentales para el progreso y el avance en todos los ámbitos, pueden favorecer a la sociedad y al medio ambiente y, sin duda alguna, son esenciales para mejorar nuestra calidad de vida e impulsar el crecimiento económico. Sin embargo, también pueden conllevar efectos negativos que no se deben obviar.

Una de las principales preocupaciones que despiertan los avances más novedosos es la repercusión en el empleo. Las empresas recurren, cada vez más, a la automatización y a la tecnología para reemplazar personal humano. Esto puede generar desempleo y desigualdades económicas, además de deshumanización, falta de comunicación y ambientes poco acogedores en establecimientos que, hasta ahora, habían resultado más cercanos al cliente: comercios, gasolineras, transporte, etc.

Otra inquietud que me obliga a estar alerta constantemente es el uso que la población hace de las tecnologías que aparecen cada día: llegan, se instalan alegremente, pero no se aprende a utilizarlas adecuadamente. Es evidente que han cambiado nuestra vida —de algún modo la facilita— pero existen actos que pueden comprometer nuestra seguridad. Por ejemplo: comprar por internet o escribir contraseñas en ordenadores ajenos. Es algo que deberíamos evitar y no lo hacemos. Hacerse fotografías y subirlas en la red etiquetando el sitio donde estamos es otra mala idea: le estás contando al mundo entero dónde te encuentras y qué estás haciendo, dando a conocer que tu casa se halla vacía y desprotegida. También resulta peligroso conectarse al Wi-Fi abierto: cualquiera puede acceder a los datos que hayas introducido mientras navegabas y robarlos. 

Por otro lado, su uso indebido y excesivo provoca que se sufran problemas de salud como adicción, depresión, aislamiento, ansiedad, etc. El lema “Un buen uso y no un abuso” debería acompañarnos en nuestro camino a la digitalización. No deseamos quedarnos al margen del progreso, pero tampoco sucumbir y dejar de ser quienes hemos sido hasta ahora.

Así pues, aunque la innovación haya tenido un impacto significativo en el progreso humano, también tiene un lado oscuro que no hay que olvidar ni disfrazar con tinte de otro color. Es importante conocer los efectos negativos y trabajar para minimizarlos y para asegurarnos, así, de que las innovaciones se utilicen de manera responsable. En pocas palabras, dejemos que nos acompañen en el camino pero no permitamos que el mundo acabe siendo su esclavo.