Un habitual recurso didáctico de nuestras aulas para la comprensión de ciertos aspectos de la Edad Media, la película El nombre de la rosa, es analizado por un joven colaborador de DOVELA, Javier Salvatierra, de 2º de ESO.
EL NOMBRE DE LA ROSA, la película
El nombre de la rosa fue rodada en el año 1986 por Jean-Jacques Annaud, que también realizó otras películas como El oso, El último lobo, En busca del fuego y El Príncipe del Desierto. La película está basada en la novela homónima de Umberto Eco. El género al que corresponde es thriller histórico. La podrían ver públicos desde la edad de doce años porque contiene escenas no aptas para los más pequeños: a lo mejor no entenderían correctamente algunas secuencias.
La trama se desarrolla en la Edad Media, en los Apeninos septentrionales de Italia, durante el siglo XIV. En una abadía benedictina ha ocurrido un extraño crimen. El fraile franciscano Guillermo de Baskerville cuenta con la confianza de la orden para resolverlo: con ayuda de un joven novicio recién llegado de la nobleza, llamado Adso de Melk, investiga el caso. Entre tanto, la pareja observa una serie de muertes y sucesos raros.
Los personajes principales eran monjes que oraban, copiaban manuscritos, los decoraban con miniaturas y los traducían al griego y al latín. En el monasterio se veían sometidos a la regla de su orden religiosa.
En esa época el nivel de vida variaba dependiendo de la clase social a la que se pertenecía: lujo para pocos y pobreza para la mayoría, los campesinos. La secuencia de la familia de la campesina muestra lo pobres que eran: poseían una casa muy pequeña que tenían que compartir entre muchos familiares e incluso animales.
Guillermo y Adso van poco a poco investigando los hechos y averiguando lo que está ocurriendo: intentan comprender cómo se produjeron las muertes.
Mientras otros asesinatos se van produciendo, ellos van estrechando el cerco del asesino. Entonces, llega al lugar Bernardo Gui, el inquisidor, que, en desacuerdo con Guillermo, culpa de las desgracias a dos personajes practicantes de brujería que acaban muriendo en la hoguera. Finalmente los protagonistas consiguen llegar al corazón del misterio y descubren lo que está sucediendo.
La historia se construye con la sucesión de varios elementos: una fase inicial de adaptación al monasterio y de inicio de la investigación; una segunda de persecuciones nocturnas y el romance entre el novicio protagonista y una campesina pobre. Sigue otra trama y más persecuciones en el desenlace de la historia, que no desvelaremos. Elementos clave, como saber quién es el asesino, cómo ejecuta los asesinatos, su propia muerte y la de su cómplice, conocer el misterio del libro… forman el núcleo sobre el que gira la historia del filme.
El ritmo es lento en las escenas de investigación; rápido y trepidante en las persecuciones y en el descubrimiento de la trama.
Se ven representadas varias comunidades religiosas: los personajes de la abadía son monjes benedictinos. Su orden fue fundada a comienzos del siglo VI por San Benito de Nursia y su principio fundamental está en la frase célebre de San Benito, “Ora et Labora”, cuya traducción es “Oración y trabajo”. Los benedictinos están presentes alrededor del mundo en abadías independientes, unidas por la Confederación Benedictina, permaneciendo así hasta la fundación de las Órdenes Mendicantes en el siglo XIII.
Por otra parte, Guillermo y su novicio Adso (los “detectives”) pertenecen a la Orden de frailes menores o franciscanos: orden religiosa mendicante de la Iglesia Católica fundada, probablemente en 1208, por San Francisco de Asís. Fue aprobada por el papa Inocencio III en 1209. Es la orden religiosa más numerosa del mundo. Sus principales ideales se basan en la alegría, el servicio a los pobres y el amor a Dios y a lo que Él creó.
Los inquisidores están representados por la orden de los predicadores o dominicos: es el caso del enemigo de Guillermo, Bernardo Gui y sus acompañantes. Esta comunidad es también de carácter mendicante y fue fundada por Santo Domingo de Guzmán en los mismos tiempos que la de los franciscanos. Destaca en el campo de la teología y albergó a figuras intelectuales como Santo Tomás de Aquino y San Alberto Magno. Llevó a cabo la Inquisición medieval. Su lema principal es “Laudare, Benedicere, Praedicare” (Alabar, Bendecir, Predicar) y su hábito es característico por sus colores blanco y negro. También aparecen en el film los enviados papales, con sus joyas y trajes lujosos.
Este es el fondo de realidad sobre el que se mueve la historia. Pero hay más cosas.
Hay grandes dosis de fantasía: el plan ideado para realizar los homicidios no carece de imaginación, ya que parece increíble que existiese un monje tan demente, solo para evitar sacar a la luz secretos que en la actualidad son considerados normales. Pero en aquel tiempo estaban muy mal vistos por ir en contra de la religión. Sin embargo, es realista si analizamos los papeles del resto de los hermanos y campesinos ya que los actores representan el papel con suficiente credibilidad. Esto y la acción de la novela es lo que, sin duda, hace la película buena: entretenida y didáctica. En general la obra muestra bien su época: las características sociales, económicas, políticas e incluso arquitectónicas están bien reflejadas.
Unos personajes que intentan luchar contra la desigualdad social, pelean por amor y por otra parte imponen y defienden la cultura y la libertad de expresión, para resolver los misteriosos crímenes de la abadía.
Y para finalizar, una potente cita de esta historia:
La risa mata el miedo y sin el miedo no puede haber fe.
Porque sin miedo al diablo ya no hay necesidad de Dios.
Javier Salvatierra Bravo
2º de ESO