Todas las entradas de: Lorena Calaza

POESÍA PARA LLEVAR

Este curso llega a nuestro instituto  “Poesía para llevar”. Se trata de una iniciativa en la que este año participan 75 centros que pretende acercar la poesía a toda la comunidad educativa. Por ello cada miércoles podréis encontrar un nuevo poema en la biblioteca o en la zona de los bocadillos.

Os dejamos aquí la receta para que no os olvidéis de saborear bien cada uno de los poemas. Bon appétit!

Receta-PPL

Entrega premios literarios

Este martes 12 de junio se ha hecho entrega de los premios del concurso de microrrelatos y el concurso de relatos LGTB.

De izquierda a derecha, de pié: Fiamma Dubal, María Casorrán, Lorena Calaza, Laia Termens, Alba Cajal, Mª José Condado, Susana Rodríguez y Erika Vivas. En primera fila, Paloma Urieta y Néstor Ezquerra.

Las ganadoras del concurso de microrrelatos han sido Laia Tèrmens, Susana Rodríguez, Tania Pérez, Paloma Urieta y Fiamma Dubal.

Laia Tèrmens repite premio y ha sido galardonada en el concurso de relatos LGTB, en el que también han sido premiados  Erika Vivas, Néstor Ezquerra y Alba Cajal.

Podéis leer sus textos en este blog. Disfrutad de la lectura 🙂

I CONCURSO DE RELATOS LGTBI

Y los ganadores son:

  • Laia Tèrmens (4º A)
  • Erika Vivas (4º B)
  • Néstor Ezquerra (4º B)
  • Alba Cajal (3º C)

 

Agujero para chiflados.

[Whittingham.  Abril,1964]

Me acurruco encima del colchón húmedo y frío, cubierto por la costra de mis propias heces y vómitos secos. Hoy mi celda está especialmente oscura.

Una ráfaga de aire irrumpe entre los barrotes de la minúscula abertura que da al exterior.

Un aire húmedo, transporta consigo un pétalo rosáceo. Debe ser del cerezo del patio. Tiemblo. Cierro los ojos.

Terror, sólo veo el terror en la cara de mi madre cuando se enteró, seguido del desprecio. Sé que ese momento estará en mi mente cuando mi corazón lata por última vez.

Aún puedo oír mis gritos cuando esos hombres me sacaron de casa prometiéndole a mi madre que encontrarían una cura para mí. “¡No dejes que me lleven, madre por favor!”

Su rostro de piedra me miraba con gesto serio, de tristeza y rabia a la vez.

A mi mente llega el recuerdo de la primera vez que el doctor Whispers entró a mi zulo. En su mano derecha llevaba una grabadora gris y arrastraba consigo una silla de madera. Se sentó. Sus ojos se clavaron en mí durante varios minutos. Al otro lado de su mirada, parecía que el tiempo se había detenido. Bajo su gesto de compadecencia y odio, el miedo me heló la sangre.

Entonces se presentó. Su voz profunda contrastaba con su cuerpo delgado, me impactó un poco. Después empezó su relato cruel. De su boca sólo salían detalladas descripciones de los actos sexuales que los homosexuales practican, con unos detalles gráficos y lenguaje explícito, haciéndome sentir repugnante.

Al acabar, me hizo acompañarle a una sala más luminosa, con una mesa y una montaña de libros “prohibidos”.

En ellos había imágenes de hombres en bañador, nada erótico.

Me hicieron estudiarlos todos mientras él seguía describiendo esas nauseabundas fantasías.

Finalmente, me inyectó un líquido verdoso, que hizo que posteriormente pasara varios días en el colchón, con una fiebre altísima y espasmos musculares, además de vómitos asquerosos. Una vez pedí a una enfermera que me dejara ir al baño, a lo que ella contestó: “No, usa la cama”. No volví a pedirlo más.

Hubo una temporada en la que hacían pasar a otra enferma a mi habitación. La hacían desnudarse ante mí y yo tenía que observarla, besarla y tocarla contra mi voluntad. Lágrimas brotaban de sus ojos verdes cada vez que se desataba la bata. Pobre muchacha infeliz, atrapada en este sucio agujero.

Un escalofrío sacude mi cuerpo. Siento un pinchazo de dolor. Las heridas infectadas procedentes de las sangrías arden en mis brazos y piernas.

Mi estómago ruge y mi cuerpo vuelve a temblar. Llevo dos semanas sin comer, sin poder ver más luz que la que entra por el agujero de la pared.

Mis pulmones fallan, mi pecho está vacío. No puedo respirar. Toso. Toso mucho. Mi cabeza está a punto de explotar, mi visión se vuelve borrosa y la boca me sabe a sangre.

Veo mi vida pasar ante mis ojos, mi madre. Es lo último que veo.

Whittingham, enhorabuena, después de siete años has ganado. Has podido conmigo.

Sonrío antes de que me envuelva la oscuridad, no tendré que volver a ver la sonrisa de Whispers mientras me arranca las últimas uñas que me quedan.

Una ráfaga de aire irrumpe entre los barrotes de la minúscula abertura que da al exterior. Un aire húmedo, transporta consigo un pétalo rosáceo, que cae junto al otro.

¿Por qué el amor de un ser humano debe ser pagado con dolor y agonía?

¿Por qué el amor de un ser humano debe estar eclipsado y oprimido por el terror?

¿Por qué un ser humano fuerza a otro para amar a quien ni siquiera le atrae?

El amor es solo amor, no hay diferencia entre el tuyo y el mío. Mi amor seguira siendo amor aunque no sea como tú crees que debería ser. Si yo siento al igual que tú, ¿Por qué infravaloras mis sentimientos y los pisoteas sin piedad haciéndome sufrir? Yo también soy un ser humano.

Laia Tèrmens

 

LA CHICA ENTRE REJAS

Son las tres de la mañana del 13 de Febrero. La ventana está abierta y tengo frío.

Esta carta va para ti, la chica entre rejas, la chica del pijama gris, la que perdió la sonrisa. Parece irónico que tú fuiste la que me liberaste y ahora has perdido, de golpe, todas y cada una de tus libertades.

Yo tampoco he vuelto a volar desde que te fuiste hace veintisiete días. Hace casi un mes, maldito eterno mes, cuando tú y yo nos dejamos llevar, por una vez, por la cálida brisa. Toda la vida había cerrado mis ojos, fuerte y sin ganas.

No tenía intención de mirarle a los ojos al hombre con el que siempre me habían dicho que contraería matrimonio. Él me miraba de arriba a abajo y lentamente, como si me disparara con cada pestañeo. Yo tenía la mirada perdida y distraída, y en ocasiones lo veía todo negro. Ninguna se parecía a la tuya: parecía que veías los siete océanos cada vez que levantabas la mirada por encima de la ventana que daba a las afueras de la ciudad. Creo que me perdí varias veces en tus ojos y aún me siento culpable de ello.

Recuerdo que una vez me prestaste el libro de Romeo y Julieta porque te recordaba a nosotras. Doscientas páginas después me di cuenta de que no era así: nuestras familias no estaban enfrentadas, de hecho, eran más que conocidos, lo que me asustaba aún más. Cada día me sonreías más y lo hacías todo más difícil en mi cabeza.

Nunca admití estar enamorada de ti. Solía contarles a mis amigas lo perdida que estaba por el chico del edificio de enfrente. Parecían emocionadas de que nos juntáramos de una vez por todas. Y lo intenté, de verdad, pero te acercabas a la esquina dónde solía leer y desmontabas todos y cada uno de mis planes.

El sol se escondía y dejaba reflejos naranjas y rosados por las fachadas. No se oía apenas nada, y los sonidos que había parecían lejanos. Yo apretaba los puños. Me miraste, algo se liberó dentro de mí y rocé tus labios. Fuiste mi primer pecado.

Pocos segundos más tarde los ruidos comenzaron a acercarse, ansiosos. “¡Traidoras!, ¡sucias!” gritaban. Fue entonces cuando te separaron de mí. Mis manos temblaban sudorosas, y ahí tome mi peor decisión: corrí. Corrí sin volverte a mirar. Me alejé cuatro o cinco manzanas y casi salí de Marrakech. Me mareé y no recuerdo nada más.

Ahora son las cuatro menos cuarto de la mañana y finalmente admito estar enamorada de ti. Si algún día, chica entre rejas, recibes esta carta, espero que me arresten contigo. Las dos fuimos culpables del mismo injusto pecado.

Erika Vivas (4º B)

HEROÍNAS SIN CAPA
Nací en 1987 en el centro de Riyadh, Arabia Saudí, en el seno de una
familia humilde. Muy humilde. Tan humilde porque no tengo hermanos varones, y eso, en el país donde a lo máximo que aspira una mujer es a ser suficientemente buena esclava de su marido como para no merecer ser ejecutada públicamente, es una terrible desgracia para una familia (sólo los varones pueden trabajar por un salario, conducir vehículos, salir a la calle sin acompañante, estudiar, destapar su rostro…). Soy la séptima entre mis hermanos.
Pasé mis primeros años prácticamente encerrada en casa con mi burka como segunda piel, la única sabiduría que me llegaba o era fanatismo islámico, o iba sobre cómo mantener una familia, cómo contentar al marido y cómo pasar desapercibida en las calles. No conocía el arte, la ciencia, la tecnología ni las matemáticas . No sabía leer ni escribir.
A los 12 años, mi padre me casó con un hombre 15 años mayor que yo, con el que viví hasta que murió 6 años más tarde. Tuve la suerte de no quedar embarazada por él. En ese tiempo, conocí a otra mujer de mi misma edad, que vivía con su marido justo enfrente de mi casa.
Nos hablábamos muchas noches, cuando nadie más nos escuchaba. Nos hicimos muy amigas.
Con el tiempo, comenzamos a pasar la una a casa de la otra. Nos
encerrábamos las dos en una habitación y nos quedábamos un buen rato mirándonos, hablándonos y dándonos amor. Ella me contaba cosas sobre sus viajes por el mundo y la cultura que había adquirido en ellos. Éramos conscientes de que si alguien nos veía juntas corríamos peligro mortal, pero eso no nos importaba ya que nuestro amor era más poderoso que el odio de la sociedad.
Enseguida comenzamos a planificar la huida de aquel país a otra tierra en donde pudiésemos expresar nuestro amor con libertad. Canadá se volvió nuestro sueño.
Estuvimos durante unos dos meses planificando y preparando cada detalle de nuestra huída hacia la libertad. Teníamos mucho miedo, pero era cuestión de vida o muerte.
El 8 de julio de 2005, emprendimos nuestra travesía. Nos levantamos de madrugada, rápidamente nos equipamos con provisiones y nos escapamos al puerto de la ciudad. Yo iba disfrazada de hombre, y ella, dentro de su burka , escondía un poco de comida poco perecedera y ropa de abrigo para el viaje.
Fuimos por el puerto y nos colamos en el primer buque de mercancías que vimos. Aún no sé cómo lo logramos. Nos escondimos entre la mercancía, y esperamos hasta sentir movimiento, el cual llegó dos días más tarde.
Tres semanas después (tres semanas de frío, sueño, hambre y sed) llegamos a puerto italiano. En ese momento no sabíamos dónde estábamos, aunque sí que sospechábamos que estábamos en algún lugar del sur de Europa. No teníamos qué comer ni dónde vivir. Tuvimos que vivir rebuscando restos de comida entre la basura, bebiendo agua de fuentes públicas y durmiendo en el
parque. Un poco después, comenzamos a ahorrar pequeñas cantidades de dinero vendiendo baratijas en el top manta.
Tras casi 5 años viviendo al margen de la ley, estábamos listar para coger un avión en condiciones para venir aquí a Montreal, en donde continuamos en el top manta mientras buscábamos algún puesto de trabajo de baja categoría para poder establecernos en una vivienda por fin. Yo comencé a ejercer de barrendera, y ella de prostituta.
Con el tiempo, nos pudimos permitir un pequeño piso en las afueras de la ciudad, en el que vivimos a día de hoy, Por fin teníamos una cama para dormir, un inodoro donde hacer nuestras necesidades, una bañera donde limpiarnos y un frigorífico donde guardar los escasos alimentos de los que disponíamos.
Siempre hemos vivido en austeridad, así que el poco dinero que entra a nuestra casa nos basta para pagarla cada mes, para comer y para recibir clases de inglés con el fin de insertarnos de verdad en la sociedad canadiense. Y esta es nuestra situación actual.
El año que viene tenemos pensado casarnos y empezar a trabajar el alguna ONG defensora de los derechos de las persona LGTBQ+ en todo el mundo.
Más tarde, nos gustaría mudarnos más cerca del centro de la ciudad e incluso formar una familia.
Néstor  Ezquerra (4º B)

UNA DECISION COMPLICADA

Estoy triste, ya que veo que nadie me apoya en ser madre soltera. Mis amigos me dicen que tengo que encontrar un marido, mis padres dicen que la niña estará mejor con una familia completa, que la dé en adopción.

Pero creo que no necesito a ningún hombre a mi lado para que mi hija crezca feliz.

Mi hija ahora tiene seis años y va a primero de primaria. Se llama Carla.

Creo que después de seis años sin padre ahora no le hace falta uno.

Pero lo que nadie sabe es que yo no quiero un hombre para mi hija, sino que quiero otra madre para Carla.

Mis padres no entienden como a la gente le puede atraer o gustar otra persona de su mismo sexo, ellos lo llaman aberración. Siempre he vivido bajo esa sombra, les he presentado a novios falsos para que me dejaran tranquila, pero el bien para mi hija es una persona a la que yo ame y así ella le pueda amar también.  

Y aunque nadie los sabe, llevo un tiempo conociendo a una mujer, perfecta, le gusta el deporte y salía a pasear. He decidido presentársela a mis padres, seguramente no me apoyarán, pero mi hija va a tener lo mejor.

Es la mujer de mi vida.

II CONCURSO DE MICRORRELATOS POR MATERIAS

Ya tenemos a los microrrelatos ganadores. Disfrutad de su lectura.

Ganadora de 1º ESO: Fiamma Dubal (con la materia de Taller de Lengua)

EL GATO

Flashback era mi mejor amigo, por las tardes siempre nos vamos a pasear al parque y una vez vimos a un gatito abandonado comiendo basura del contenedor. Flashback no podía ver a los animales sufrir porque quería ser veterinario. Mi amigo y yo nos llevamos al gatito a casa, le dimos de comer, le dimos un baño y el pobre se quedó profundamente dormido.

Tras varias horas pensando, decidimos que tenía que tener un nombre, así que lo llamamos Mito.

Flashback era singularmente bueno, yo pensé en ese momento que era un héroe y él me dijo “no es que sea un héroe, simplemente no puedo ver a nadie a la deriva”.

Ganadora de 3º ESO: Tania Pérez (con matemáticas)

Rutina

Catelyn tenía una rutina periódica: primero iba al polígono industrial a ver a su padre, después conducía hasta el trabajo, donde cumplía su función como psicóloga. Cuando salía, caminaba hacia su casa. Su hijo Robb le solía pedir ayuda para despejar algunas incógnitas. Por último, hacía la media de los gastos cometidos ese día.

Su marido y su padre le decían que tenía una obsesión con la rutina. Ella se limitaba a poner los ojos en blanco. Estaba feliz con su rutina.

Ganadoras de 4º: Susana Rodríguez (con física y química) y Laia Tèrmens (con Lengua y Literatura).

El recuerdo

¿Dónde estoy?¿cómo he llegado aquí?

Noto la aceleración de mis pulsaciones al presentir un extraño movimiento tras mi espalda, pero no hay nadie, sólo oscuridad.

El tiempo pasa y nada cambia.

Tras muchas horas aislada oigo una puerta abrirse y veo la silueta de un hombre que se acerca a mi. Me agarra fuertemente del hombro y me arrastra hasta encerrarme en un maletero. El coche arranca y puedo notar que su trayectoria es muy poco lineal, hay muchas curvas y rotondas.

Al llegar al destino puedo observar que nuestro desplazamiento ha sido nulo ya que estamos en el lugar dónde comenzamos.No entiendo nada,¿quién eres?¿qué quieres hacer conmigo?

El hombre no contesta, me agarra de la nuca, saca una pistola,la punta hacia mi cabeza y grita:¡ Sal ya de mis recuerdos!

Oigo un disparo y el hombre cae desplomado. Intento ayudarle pero…yo no existo.

Susana Rodríguez (4º B)

 

Huesos.

La tercera vez intenté matarme de hambre. No soportaba ver mi obesidad de 58kg ante los atributos de mis compañeras de clase, que exponían sus cuerpos de fábula con camisetas cortas y pantalones ajustados. Ellas lo tienen fácil, siempre han sido delgadas.

Me miro al espejo y experimento una mezcla de asco y autodesprecio. Nunca pierdo suficiente peso.

Siento un picor mental por cada caloría que consumo. Las cuento, es enfermizo.

Por la calle ya no veo personas, veo tallas de pantalón.

Le cogí asco a la comida.

Para mí era insípida y asquerosa, o al menos me convencía de ello para no depender de comer.

El ensayo de mi hambruna duró dos semanas, alimentándome de agua y minúsculas cantidades de alimento inerte. No funcionó, como siempre.

¿Tan difícil es salir de este cuerpo de escultura neoclásica?

Moriría por ver mis huesos a través de mi piel.

Quizá sí deba morir por ello.

Laia Térmens (4º A)

CONCURSO DE RELATOS LGTB

El 17 de mayo es un día literario, pero también se conmemora el DÍA INTERNACIONAL CONTRA LA HOMOFOBIA, LA TRANSFOBIA Y LA BIFOBIA, pues el 17 de mayo de 1990 la OMS (Organización Mundial de la Salud) eliminó la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales. Con este motivo  desde el instituto convocamos un concurso de relatos con las siguientes bases:

  • Temática LGTB
  • Extensión máxima: 4 caras DIN A4 a Times New Roman 12

Os animamos a participar.

Podéis dejar los relatos que queráis presentar en el Departamento de Lengua y Literatura.

I Certamen de Relato Corto “Biblioteca María Zambrano”

Nos ha llegado información de un concurso de relato corto.

Bases del concurso:

1. Podrá concurrir el alumnado que curse en el momento de la presente convocatoria estudios en centros de enseñanza secundaria, con edades comprendidas entre los 12 y los 20 años.

2. Cada concursante podrá presentar un solo trabajo en castellano.

3. Las obras serán originales, inéditas y no podrán haber sido premiadas en cualquier otro concurso literario ni estar pendientes de fallo. Versarán sobre cualquier aspecto relacionado con el fomento de la igualdad entre ambos sexos, en los diversos ámbitos de la vida: laboral, social, familiar, etc.

4. Los relatos tendrán una extensión máxima de tres folios y se presentarán por triplicado, impresos a doble espacio (fuente Times New Roman, cuerpo 12), debidamente grapados o encuadernados, sin firma ni ningún otro elemento que pudiera identificar al autor.

5. Cada participante entregará dos sobres. En el primero se incluirá la obra, sin firma, solo con un LEMA en la portada. Este sobre contendrá otro más pequeño, donde se aportarán los datos personales del autor: edad, título de la obra, lema, teléfono del centro educativo y fotocopia del DNI.

6. Las obras deberán presentarse en sobre cerrado a la siguiente dirección: IES Mariano Quintanilla Plaza de Día Sanz nº 4, 40001 Segovia Además, en el sobre deberán figurar los siguientes datos: I CERTAMEN DE RELATO CORTO “BIBLIOTECA MARÍA ZAMBRANO” y la CATEGORÍA en la que se participa. No se aceptarán los trabajos enviados por correo electrónico.

7. El plazo de presentación de los originales, con carácter improrrogable, finalizará el 4 de mayo de 2018.

8. El fallo del jurado se hará público en el mes de mayo.

9. La entrega de premios se realizará en el IES Mariano Quintanilla en diciembre de 2018. Los premiados serán avisados con antelación suficiente para que puedan asistir al acto.

10. El jurado estará formado por figuras relevantes del panorama cultural español.

11. CATEGORÍAS Y PREMIOS: A. 1º y 2º de ESO. Primer premio: 200 euros, lote de libros. Segundo premio: lote de libros. B. 3º y 4º de ESO. Primer premio: 200 euros y lote de libros. Segundo premio: lote de libros. C. Bachillerato y Ciclos Formativos. Primer premio: 200 euros y lote de libros. Segundo premio: lote de libros.

12. Los premios podrán ser declarados desiertos si, a juicio del jurado, las obras presentadas no alcanzasen una mínima calidad literaria.

13. Los relatos ganadores serán publicados en la pá- gina web del centro educativo.

14. Las obras no premiadas no serán devueltas y se destruirán pasados treinta días desde la emisión del fallo.

15. El hecho de concurrir al presente premio supone la total aceptación de sus bases

Tenéis toda la información aquí:  http://iesmarianoquintanilla.centros.educa.jcyl.es/sitio/ upload/Bases_I_Certamen_de_Relato_Corto__Bibliot eca_Maria_Zambrano.pdf

 

RELATOS DE AMOR DIFERENTES IV

UN AMOR CERCANO EN LA DISTANCIA.

Era lunes, las tres menos veinte del medio día y Rebeca llegaba a casa como siempre tras un largo día en el instituto. Se quitaba los zapatos, dejaba la mochila, el abrigo y se disponía a ser testigo (sin ser consciente) del encuentro entre tres enamoradas. Iba al baño, abría el grifo, se mojaba las manos, cogía el jabón, lo frutaba entre ellas, se las aclaraba y cerraba el grifo. Entonces, sus manos cogían la toalla de una manera especial, con delicadeza y elegancia y se pasaban minutos acariciando esa suave textura que tanto les gustaba. Cuando ya estaban secas, se daban sus últimas caricias y se despedían hasta el próximo día; pero lamentablemente el martes este encuentro no llegó a pasar. Rebeca tras haberse aclarado las manos se dirigió a un artefacto que habían colocado en la pared a la altura de su cabeza. De repente la toalla se asustó con un fuerte sonido desagradable. Las manos notaron una presión sobre ellas que no se parecía ni de reojo al cariño que les trasmitía la toalla.                                                              Las manos a la vez pensaron: “¿Qué le habrá pasado a la toalla? ¿Nos habrá cambiado por otras manos porque ya no le gustamos? Ellas no sabrían nunca que en verdad la toalla se encontraba más cerca de lo que se podían imaginar, lo que si sabían era que nunca más se habían vuelto a enamorar.

Carmen Pérez (4º B)

Historias de amor diferentes III

Flor Marchita                                      Laia Termens, 4ºA

Fue ese nauseabundo olor el que hizo sospechar a los vecinos, que pronto llamaron a la policía. Los agentes entraron a la fuerza en el apartamento, hallando entonces a los dos cadáveres. Por el estado de putrefacción de estos, descubrieron que ella había muerto siete días antes que él. No tardaron en ver el cuaderno que el varón sostenía entre las manos. Este tenía unas páginas marcadas con un claro enunciado: “Lean esto cuando ya haya vuelto con ella”.

El inspector tomó el cuaderno entre las manos, guardándolo en su maletín. Ya en su despacho, procedió a leer tranquilamente las palabras que contenían aquellas misteriosas páginas:

“Nos fuimos a dormir y nunca más volvió a despertar. Murió entre mis brazos mientras yo soñaba con pasar toda la vida junto a ella.

Le diagnosticaron esa enfermedad cuando nos casamos y decidió quedarse en casa conmigo. La miro y no puedo. No puedo enterrar su cuerpo perfecto. No quiero sepultar su rostro angelical. Así será sólo para mí.

Ha pasado casi una semana desde que se paró su corazón. Se ha hinchado un poco, pero no importa, sigue siendo ella. Me gusta peinarla cáda día y sentir cómo su cabello suave roza mi piel áspera.

Sus labios siguen suaves cuando la beso y sus ojos grises no han perdido vitalidad a penas.

Sé que me sigue queriendo.

Me enamoré de su sonrisa, sonrisa que ahora sólo puedo recrear modificando su rostro gélido y sin vida con mis manos.

A veces hasta puedo oír cómo sus palabras pasadas salen ahora de su boca.

Susurros que se lleva el viento pero que se quedan grabados en mi mente.

No me dejes, no me dejes nunca.– , –No dejes que las sombras me lleven con ellas.– , –Ven conmigo y quédate para siempre.

La miro y mi corazón sigue por ella tal y como era cuando el suyo también latía bajo su pecho perfecto. La sigo amando como si fuera el primer día.

Mi corazón es esclavo del suyo, aún lo es aunque el suyo se haya congelado en el tiempo.

Por ella haría lo que fuera, lo que me pidiera.

Me lo está suplicando, me suplica entre susurros que vaya con ella. Ya no tengo nada que perder, yo ya estoy muerto. Morí por dentro cuando me dí cuenta de que ya no volvería a escuchar su risa, de que el tacto de su piel bajo mis dedos no volvería a ser cálido como antes. Fue en ese momento cuando mi corazón dejó de latir con fuerza para convertirse en ceniza que aún se mueve bajo mi pecho.

Quiero ir con ella, ya no tengo nada que perder, pues ella es mi tesoro, mi flor y ahora ya está marchita. Me voy, me voy con ella pero esta vez para siempre.”

Historias de amor diferentes II

Aquí tenemos una historia de amor diferente.

nocillaMe dijeron, que al final de ese gran túnel, me esperaba mi media naranja…

Pero antes, había un largo camino, cada día se  apartaba de mí uno o dos obstáculos, yo cada vez estaba más ansiosa de conocer al amor de mi vida al que tanto anhelaba.

Iban pasando los días, y cada vez, le sentía más cerca, hasta que por fin llego el gran día…

Noté como una mano me cogía y me untaba una especie de crema muy suave, y de repente, ahí le vi, se iba acercando a mí poco a poco, hasta fundirnos en un abrazo, y así formar un rico bocadillo de pan Bimbo con Nutella.

Clara Galtier  4º B