Aprender jugando es una buena forma de tener motivados a nuestros alumnos y conseguir nuestros objetivos, en esta ocasión trabajar el lenguaje oral.
En asamblea comentamos a nuestros alumnos que vamos a jugar contar mentiras y por ello, todo lo que vamos a decir no es verdad, pero tenemos que seguir la conversación cómo si lo fuera. Sobre todo no se puede decir: esto es mentira.
El maestro/a comienza con una frase, por ejemplo: «Ayer te vi venir al colegio volando.»
El niño/a debe de continuar el diálogo: Sí, montado en un burro y disfrazado de pato.
Así, seguirá la conversación entre ambos, introduciendo nuevas historias, continuando las dadas, fomentando la creatividad, sabiendo desenvolverse antes diferentes situaciones de forma oral…
Una vez que han cogido la dinámica del juego la conversación puede ser entre dos niños o tres.
Después se puede pasar al lenguaje escrito, pidiendo a los alumnos que nos cuenten sus mentiras por escrito.