Las fiestas y celebraciones religiosas son patrimonio de todos los pueblos y, por lo que parece, tan antiguas como su historia. Según el filósofo L. Wittgenstein, “se podría casi decir que el hombre es un animal ceremonial”.
A nivel mundial podemos observar la existencia de dos grandes grupos de religiones en relación al modo de concebir el Absoluto, las religiones monoteístico-proféticas y las religiones cósmico-mística. En las primeras, el Absoluto es concebido como un ser personal distinto y diferente del cosmos, al que ha dado origen con un acto creador y en el que interviene a través de los profetas; en las segundas, el Absoluto es imaginado como un ente indiferenciado, realidad teo-cosmo-antropológica. Estas dos formas religiosas, que conviven en nuestro planeta unas veces en zonas separadas, otras de modo sobrepuesto y enlazado, tienen modos diversos y peculiares de celebrar las fiestas religiosas.
En las religiones monoteístico-proféticas tiene gran importancia la creación, de la que dependen todos los seres; pero todavía es más determinante la intervención de Dios en la historia: esta intervención consiste, para los judíos, en el don de la ley y de la alianza por medio de Moisés en el Sinaí; los cristianos la ven en la misión de Cristo y en la salvación realizada por él en su nacimiento, muerte y resurrección, mientras que para los musulmanes consiste en la bajada del Corán, expresión perfecta de la voluntad de Dios para regular la vida individual y social de los hombres.
En cambio, en las religiones cósmico-místicas representan al Absoluto con trazos impersonales, indistintos y totalizantes. Se trata del Brahmán, en el área hindú del Nirvana, del Tathata (el ser así, o sea, la naturaleza profunda no definible de las cosas), en el área del budismo Mahayana; del Tao, origen de todo, en el área china. Supuesta la existencia de este Principio impersonal, el hombre se convierte en un fragmento del ser, caído accidentalmente; la historia, en el puro juego fenoménico del Absoluto, sin consistencia propia ni significado y la salvación consiste en la inmersión o absorción de la existencia individual en el todo cósmico. Las técnicas orientales del yoga, del zen, del ying-yang y de la meditación trascendental tienden sustancialmente a esto.
En el contexto de la asignatura optativa “Historia y cultura de las religiones” de 2º de ESO, el alumno Raúl Cruz Oliver ha realizado una interesante presentación en Prezi sobre las festividades religiosas de las religiones monoteístico-proféticas, es decir sobre el judaísmo, el cristianismo y el islam.
Fernando Marco Melero
Bibliografía
http://mercaba.org/LITURGIA/NDL/R/religiones_no_cristianas.htm