La brecha digital tiene orígenes diversos, si bien el principal es la situación económica familiar, existen otros factores que la provocan o la agrandan, como son la procedencia cultural, la capacitación y experiencia familiar. Salvar la brecha digital es un reto para una escuela inclusiva que no puede compensar las desigualdades desde el propio entorno escolar y tiene que hacerlo llegando hasta las casas, pero respetando las decisiones familiares. Pensar en digital es, también, pensar en analógico de forma que cada propuesta tecnológica tenga su alternativa sobre el cuaderno.