Ese cielo azul que conocíamos (de Eloy Aznar)

El año pasado la profesora Ana Puerto preparó con sus alumnos de Cultura científica de 1º de Bachillerato algunos microrrelatos con vocabulario específico de la materia.  Ha llegado la hora de que vean la luz :). Empezamos con un microrrelato de Eloy Aznar.

 

Ese cielo azul que conocíamosEloy Aznar

En el año 2099, el cielo ya no es azul tal y como se conocía hace exactamente un siglo, ni hay ahora mismo los hospitales o institutos que había. Todo esto es por culpa de la guerra, pero no de una guerra normal y corriente entre países, sino de una guerra entre especies. Pronto nos dimos cuenta de que ya no éramos los únicos en el universo, ni siquiera en nuestra galaxia. Esto se encargó de anunciarlo, cómo no, Estados Unidos.

Pasaban los meses mientras una intensa guerra espacial estaba sucediendo. Jaca concretamente estaba llena de miedo e incertidumbre ante el panorama que había tenido e iba a tener en un muy próximo futuro. En mi caso particular, una familia rota por la guerra formada por dos niños de cuatro y seis años huérfanos y un padre que ya no volvería a entrar de forma casi segura en aquella casa.

Se aproximaba a la Tierra un meteorito procedente de la destrucción de Marte por los extraterrestres semanas atrás. Iba a caer sobre la ciudad de Jaca, así que mientras unos se aproximaban al búnker de la ciudad, otros tripulaban en naves para ir a combatir o destruir el meteorito.

Los daños que la guerra había causado en la Tierra eran más que notables, aunque nosotros habíamos emprendido una serie de ataques contra los marcianos pero con un daño mínimo hacia ellos, en un campo de batalla improvisado que era la estratosfera. Por lo tanto el mayor daño se lo llevaba el planeta Tierra. Mientras tanto, a miles de kilómetros de distancia, iba aumentando el número de extraterrestres de otras galaxias que buscaban causar daño y dolor a nuestra especie.

La nave del capitán Aznar era la única que no había sido destruida, pero a los pocos minutos su nave fue abatida. Tras ser abatida la nave, él también se debatía entre la vida y la muerte tras recibir un impacto de rayos láser en su hombro izquierdo. Una herida que se iba a hacer mortal ya que no tenía ayuda de un médico, aunque poco podría haber hecho este. Estaba solo en la nave destrozada sobre la luna. Levantó la cabeza y vio por última vez la Tierra, ya que aquel gran meteorito proveniente de Marte se iba a estrellar tarde o temprano sobre la faz de la Tierra. Estos son los últimos momentos de vida de la especie humana tal y como la conocíamos.