Si estamos en la semana del Terror y la Muerte, no podemos dejar de mencionar al maestro en suscitar miedo y escalofríos: Edgar Allan Poe. El genial romántico estadounidense sufrió una vida turbulenta (desavenencias con su padrastro, matrimonio con su prima de trece años, etc) y una muerte que hace honor a su biografía: se desconoce cuál fue la causa de su defunción (drogas, alcohol, diabetes…) y cada 19 de enero una enigmática figura atraviesa el cementerio de Baltimore a media noche para dejar sobre su lápida una botella de coñac y tres rosas.
Todos conocemos muchos de los relatos de terror de Poe: El gato negro, El amontillado … pero como esta reseña es de poesía, hoy quería hablar de su poema El cuervo . En él, con cuidada musicalidad y creación de ambiente siniestro, narra cómo un cuervo se cuela a media noche en la estancia de un hombre que ha perdido a su amada. La repetición de la expresión “Nevermore” (“Nunca más”) como graznido del cuervo es sello inconfundible de este texto. El contenido es el siguiente: un hombre que ha perdido a su amada se lamenta por ello a la medianoche mientras busca distraerse con la lectura. Oye unos golpes en la puerta de la habitación, pero no hay nadie. Vuelven a llamar y abre la ventana y un cuervo negro entra revoloteando y se posa en el gran busto blanco de Palas, sobre la puerta de la habitación. A todas las preguntas que plantea el hombre sobre si habrá un encuentro con la amada perdida, el cuervo repite su estribillo: “Nevermore!”, “¡Nunca más!”. La musicalidad del poema en inglés, similar a la antigua música fúnebre, es intraducible y convierte el poema en un clásico.
Aquí os dejamos la adaptación paródica de Los Simpson: