Nos reunimos en este sencillo acto para despedirte con motivo de tu reciente jubilación, para agradecerte todo lo que has hecho y desearte lo mejor en este nueva etapa que estás comenzando. Somos unos pocos los que hoy te despedimos, y aunque finalmente, la tozuda realidad ha podido con nuestro deseo de poder celebrar este momento como es costumbre en el centro, te queremos decir que no hemos perdido la ilusión ni la esperanza de encontrarnos y compartir tu jubilación con todas aquellas personas a las que les hubiera encantado acompañarte en el día de hoy.
Precisamente tú, que en los últimos doce años has despedido a tantas compañeras y compañeros con tus magníficos discursos te mereces sin duda algo más que este sencillo acto. Carmen, llegará el día y saldaremos esta cuenta pendiente.
Has desarrollado una carrera docente extensa, variada y llena de buenos ejemplos con tu buen hacer. Has dibujado un círculo que comenzaste y has finalizado en Jaca. Podríamos destacar muchas facetas porque todo lo que tocas lo mejoras. Podemos destacar, por ejemplo, tu trabajo como profesora en los departamentos de Orientación y de Física y Química. Sin duda destaca especialmente tu labor formando parte varios equipos directivos. Has ejercido como Jefa de Estudios en el IES de Valderrobres, siete años como Secretaria y doce como Directora en nuestro querido “Domingo Miral”. En el desempeño de tu labor has dejado muchas muestras de tu excelente capacidad de gestión. Sin embargo, por encima de ese buen hacer en diferentes campos de la educación has destacado especialmente por tu calidad como persona. Tu entrega, tu vocación de servicio, tu sentido del deber y del respeto han dejado un sello inconfundible y constituyen un referente para muchas de las personas que hemos trabajado a tu lado dejando, además, una huella imborrable en la historia del “Miral”. Una actitud que has mantenido hasta el final con la misma ilusión del que empieza. Aprendiendo hasta el último día. El último trimestre truncó muchas expectativas pero no te impidió dejar tu última lección. Nos dejaste ese último “Ánimo, fortaleza y esperanza” al que nos agarramos para tenerte cerca siempre.
Por mi parte, te agradezco enormemente la confianza que hace ya unos años depositaste en mí. Me has permitido participar en tus distintos proyectos y, gracias a esa oportunidad, a tu apoyo y ejemplo, he aprendido y me ha permitido llegar hasta aquí. Juntos hemos superado muchos retos y, ahora que te vas, tomo el testigo con satisfacción y con el propósito de seguir trabajando con rigor y con amor para seguir formando, con la ayuda de toda la comunidad, jóvenes libres, comprometidos, críticos y creativos.
Once de febrero de dos mil veinte
José Luis Mur Lecina