Por Andrea Abajo, 3º ESO A
El martes 21 de octubre fue diferente al resto de días de la semana, pues dos de las horas lectivas las dedicamos a hacer una actividad didáctica llamada “¿Comemos mentiras?” en la sede de la Comarca de la Jacetania, como ya hicimos el año pasado con otra sesión denominada “Animaladas”
El curso pasado en animaladas
Nada mas llegar nos hablaron del aparato digestivo en general, con materiales creados por ellos mismos. Hicimos una especie de representación en la que algunos de nosotros éramos el bolo alimenticio y pasábamos por las diferentes partes del aparato digestivo mientras nos enseñaban el nombre y la función de cada parte. Hay tantas partes dentro de nosotros que desconocemos, que cuando nos hablan de alguna palabra, hasta entonces desconocida, nos suena a chino. Es muy curioso pararse a pensar en todo lo que tenemos en nuestro interior y una forma de aprenderlo es jugando, como hicimos en esa actividad.
Saliendo del intestino delgado
A continuación nos dividieron en dos grupos. A los componentes de mi grupo nos llevaron a una sala en la que realizamos otra actividad por parejas sobre distintos aspectos de la alimentación que teníamos que entender y luego explicar al resto de los compañeros. Mi pareja ha sido Diego y teníamos que separar alimentos con azúcar y sin azúcar.
Luego plantamos un haba en un vaso de yogurt y al acabar hemos participamos en un juego parecido al “Trivial” pero con preguntas sobre alimentos.
Para finalizar nos juntaron a ambos grupos para ver un Power Point sobre cómo se obtienen los alimentos que consumimos y la verdad es que tenemos falsas ideas acerca de el origen de lo que comemos. Cuando nos íbamos nos regalaron una magdalena “ecológica” (sin conservantes ni colorantes) a cada uno.
En fin, ese fue un día en el que hicimos cosas diferentes a estar sentados en clase escuchando al profesor. Aprendí cosas nuevas y me gustó mucho la actividad.