El alumnado de EPV de 4º ha trabajado durante el 2º trimestre con su profe Juan Manuel Boteo una campaña de carteles de gran formato para concienciar contra el acoso.
Como en toda campaña publicitaria hay que marcarse unos objetivos que respondan a qué se pretende y a quién va dirigida.
Provocar, conseguir que se hable de ello, se visibilice el problema y se vaya tomando conciencia sobre el respeto a las diferencias, la amabilidad con los demás y la generosidad. Reflexionar sobre si los malostratos físicos o psíquicos tienen cabida o es sólo el lenguaje de los cobardes. Llamar la atención y obligar a reflexionar sobre los propios prejuicios y formas de relacionarse.
Estos son los resultados. Algunos de ellos podréis verlos por los pasillos estos días.
Daniel Diez.– Denuncia del aislamiento y tristeza que puede sentir una persona que se sienta rechazada o marginada y el deseo contradictorio de ser invisible, de pasar desapercibido ante el miedo de volver a ser rechazado.
Miguel Roldán. – Con este cartel Miguel quiere denunciar dos tipos de abusos igual de terribles: el maltrato verbal o físico directo y el del espectador que además de aceptarlo y no hacer nada para impedirlo, lo potencia a través de su difusión y ampliación por las redes sociales, de modo que la víctima no se sienta segura ni en su hogar.
Lina Lecuona.– El acoso se sustenta siempre en alguna diferencia física, sexual, cultural o religiosa y sino la crea en forma de etiquetas (motes, chismes, etc.). Lina ha diseñado un cartel que en lugar de incidir en el problema, lo ha hecho en el respeto como solución.
Levisa Callizo.- ¿Por qué en el S XXI la homosexualidad todavía no está normalizada y aceptada? Levisa ha tratado el tema del respeto desde la perspectiva de la homosexualidad “ya que, desafortunadamente, no es un tema bien aceptado en su totalidad actualmente. Entre los adolescentes se llega a alcanzar la violencia verbal, psicológica e incluso física hacia personas homosexuales, por lo que muchos no se atreven a romper los marcos que les impone la sociedad”.
Iris Pérez.- Aceptar las pequeñas diferencias que enriquecen nuestras sociedades. El respeto a uno mismo y a los demás es el primer paso para ser respetado.
Izarbe Beltrán. “Ser uno mismo” Con este cartel Izarbe ha querido ratificar la individualidad y el valor de las personas que se mantienen fieles a su forma de ser, su carácter, su personalidad, a pesar de la presión del grupo y el miedo a ser rechazados.
Nicolás Russo.- Gritar, insultar, despreciar o algo tan simple como poner un mote, son agresiones disfrazadas muchas veces de “juegos” que no debemos tolerar. Los acosadores se justifican alegando un exceso de susceptibilidad en las víctimas cuando saben perfectamente que hacen daño, que no son “inocentes”.